sábado, 23 de abril de 2016

La deserción escolar y sus causas


La deserción escolar: son todos aquellos alumnos que abandonaron las actividades escolares antes de terminar algún grado o nivel educativo.
 

 

Algunas de las causas de la deserción escolar

 La deserción escolar es, por lo tanto, el resultado de un proceso en el que intervienen múltiples factores y causas, algunos de los cuales son característicos de los niños y jóvenes y de sus situaciones socioeconómicas (factores extraescolares), y de otros más asociados a las insuficiencias del propio sistema educativo (factores intraescolares).

Los antecedentes que se presentan a continuación proveen evidencias sobre la magnitud del abandono escolar de los adolescentes antes de completar el ciclo secundario en 18 países de América Latina, y de sus cambios durante la pasada década, basados en datos de encuestas de hogares.

La información disponible indica que actualmente cerca del 37% de los adolescentes latinoamericanos entre 15 y 19 años de edad abandonan la escuela a lo largo del ciclo escolar, y casi la mitad de ellos lo hacen tempranamente, antes de completar la educación primaria.


1.- La insuficiencia de ingresos en los hogares y los diversos déficit de bienestar material de los niños y adolescentes de estratos pobres constituyen factores decisivos para la mayor frecuencia de su retraso y de su abandono escolar, si los comparamos con los de hogares de ingresos medios y altos. Las hondas disparidades de tasas de deserción escolar entre distintos estratos socioeconómicos contribuyen decisivamente, y desde temprano, a la reproducción de las desigualdades sociales.


2.- La escasez de recursos públicos y una insuficiente y poco equitativa oferta en el orden educacional, tanto en cantidad como en calidad. También la necesidad de mejorar los ingresos familiares obliga a muchos niños a dejar la escuela para dedicarse al trabajo, generalmente de forma permanente.


3.- El retiro escolar definitivo rara vez es un evento inesperado; se presenta más bien como una cadena de hechos que van elevando el riesgo de deserción a medida que se avanza en edad y se experimentan crecientes dificultades de rendimiento y de adaptación, especialmente cuando se transita del ciclo primario al secundario.


4.- El trabajo o la necesidad de este como agente desencadenante del retiro escolar, sin precisar si se produce una progresiva incompatibilidad entre la inserción laboral temprana y la asistencia y el rendimiento escolar, o si la deserción escolar es una condición previa al desempeño laboral.

5.- el consumo de alcohol y de drogas, las situaciones de violencia y el embarazo adolescente como problemas generalizados de la juventud, que serían manifestación de su alto grado de «anomia», y que facilitan el retiro escolar.









 

Consecuencias y efectos de la desercion escolar

Consecuencias de la deserción escolar 
a) Las consecuencias en el ámbito personal pueden ser diversas, destacando que el alumnado desertor abandona su adolescencia e inicia una vida de adultos con responsabilidades, tales como mantener una familia, cuidar hijos o hijas; para lo cual no están preparados o preparadas, debido a que no tienen madurez psicológica suficiente para resolver problemas de distinta índole.
 
“Muchos de los casos de deserción escolar tiene que ver con embarazos prematuros, en muchachitas que se enfrenten a tener una nueva familia y tanto ella como su esposo, que en este caso es otro muchacho joven, no saben cómo enfrentarse a los problemas de la vida”

 

b) La principal consecuencia económica que se determinó y es que la falta de educación limita a que mujeres y hombres rompan el círculo de la pobreza, ya que carecen de conocimientos, competencias y habilidades que les permitan ingresar a trabajos remunerados y estables. En ese sentido, se concuerda con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE, 2007) quien determinó que las personas que no concluyen sus estudios perciben un ingreso bajo o están desempleados o desempleadas; es decir, al momento en que soliciten empleo, les pedirán su certificado de preparatoria, y al no tenerlo no conseguirán un buen trabajo, ya que a menor nivel de educación es menor el ingreso percibido. La baja probabilidad de tener un trabajo remunerado puede tener un efecto grave, las familias de desertoras y desertores se exponen a vivir en condiciones precarias, ocasionando que en un futuro sus hijos o hijas tengan que abandonar sus estudios para ingresar al trabajo remunerado, y por ende el círculo de la pobreza será difícil de romper.


 
 
En lo que respecta a consecuencias sociales destacan la pérdida de valores, que los convierte en presas fáciles de caer en drogadicción y delincuencia; además,  pueden ser excluidos de la sociedad quedando expuestos o expuestas a vulnerabilidad social; asimismo, al no tener trabajo, serán una carga para la sociedad, puesto que, a través de sus impuestos apoyarán a programas gubernamentales que brindan ayuda a personas de bajos recursos económicos.
“Los alumnos que dejan los estudios, es muy fácil que pueda caer en vicios, en situaciones de delincuencia organizada, en delincuencia en general, eso impide que haya un proceso donde el alumno pueda convertirse en una persona de bien”

 
 

¿Cuáles son los efectos individuales?

Primeramente y de forma lógica, es que ese niño o muchacho detiene su preparación académica y empieza a perder años de estudio, dejando de preparar su intelecto, dejando de prepararse en las aulas escolares, y lamentablemente después cuando pasa el tiempo, la persona reacciona y ve lo errado de su camino.

Luego esas personas dicen: “Si hubiera estudiado, si hubiera seguido preparándome”. Lamentablemente perdió un tiempo precioso que difícilmente podrá recuperar.

Dejar de estudiar, de detener su preparación académica en lo individual, pone a la persona en una desventaja muy importante en el mundo laboral, y evidentemente esto va a repercutir en un menor ingreso económico.

En otras palabras, las personas con mayor preparación, tienen acceso a mejores trabajos, mejores remuneraciones, que las personas que no se han preparado o por cierta circunstancia han dejado de estudiar.

Un punto importante que viene como consecuencia de apartarse de un contexto académico, es que la persona empieza a relacionarse con otro círculo social distinto y diferente, y si ese círculo social no es sano o en donde haya un ambiente de trabajo y responsabilidad, el joven se expone a muchísimos peligros de una sociedad corrupta como la que estamos viviendo.

Es decir, empieza a crecer en un ambiente donde habrá muchas tentaciones y posibilidades de enredarse en drogas, delincuencia y también en una vida vagabunda, errante y sin propósito.


No quiero decir que por el simple hecho de ir a la escuela, el joven esté alejado del problema de las drogas o delincuencia; lamentablemente ha decaído tan gravemente el aspecto social a nivel de las escuelas, que en muchas ocasiones es en las mismas escuelas donde algunas personas, o jóvenes empiezan a enredarse en asuntos de drogas o delincuencia.

Pero también es cierto que mientras el joven mantenga aspiraciones de superación, de tomar con seriedad sus estudios, eso puede ser una salvaguardia para no enredarse en cuestiones de drogas, delincuencia, o llevar una vida vagabunda como mencionábamos.


           
       
       
       
       





       



         

           

           




 
 
 
 



 

 

La situacion en Honduras

Honduras tiene el sistema educacional más atrasado de Centroamérica 

El sistema educacional de Honduras es el más atrasado de Centroamérica pues apenas 32 de cada 100 estudiantes logran terminar la primaria sin repetir grados, indican estadísticas de Naciones Unidas. 
Datos del Programa para el Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas (PNUD) revelan hoy, además, que el 51% de los matriculados termina la primaria con un promedio de 9,4 años y que los niveles de deserción escolar cada vez son más elevados. El más agudo problema es que el sistema educacional básico sólo cubre al 86,5% de quienes están en edad escolar, mientras el 13,5% restante no puede acceder a la enseñanza. 
 
Datos Estadísticos
Un estudio que se les dio a 64,000 niños de cierta área de nuestro país, que dejaron de acudir a la escuela primaria o secundaria, y se interrogaron los motivos por los cuales estos niños dejaron de acudir a las aulas escolares. De ese número de niños que acabo de mencionar, 6.6% de ellos nunca había asistido a la escuela, el 34.3% dejó de asistir a la escuela porque no le gustó estudiar, 22.1% porque tuvo que trabajar, el 1.5% fue porque se casó o unió con alguna pareja, 1.5% argumentó que se encontraban viviendo en una zona lejana de la institución escolar o porque no existía alguna institución cercana a ellos, 28% tuvo otro motivo, como puede ser enfermedad y 4.5% no especificó el porqué dejó de asistir a la escuela
 
 



Las cifras acumuladas por el ministerio del ramo reflejan que ningún departamento de Honduras alcanza, como promedio, los seis años mínimos de educación primaria. Según datos recientes de indicadores de eficiencia educativa, por cada mil alumnos matriculados en el primer grado en 1990, sólo 292 (29%) completaron la escuela primaria en seis años y 468, es decir, un 46%, no lograron llegar al final. Mucho más preocupante resulta el panorama universitario, en el cual la tasa de aprobados no logra sobrepasar el 20%, incluso, en centros como la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). 


Al ritmo que marcha el sistema educacional en este territorio, bajo la administración del presidente Ricardo Maduro, resultarían necesarios 23 años al menos para lograr un acceso a la escuela similar al registrado en naciones del área como Costa Rica y Panamá. Evaluaciones realizadas por organismos internacionales denuncian el atraso de la inversión estatal en el sector con respecto a la mayoría de los países de la región y que el modelo educativo vigente desde hace más de una década en Honduras ha llegado a sus límites.


Para mayo del 2010 este indicador se reporta en un 0.8% de deserción a nivel nacional, en el área urbana la deserción es más alta que en la rural 0.9% y 0.7 correspondientemente.